30 octubre, 2014

NUEVO DISCO DE "AMIGOS DEL POBLAO"


El grupo "Amigos del Poblao" nos presenta su nuevo CD titulado "Nostalgia", realizado en homenaje a los antiguos habitantes del Poblado Forestal de Mazagón, lugar de donde provienen sus orígenes. Zenobia, Rocío, Tomé, Germán y Kiko, han logrado realizar un magnífico trabajo grabado en los Estudios La Buhardilla de Mora, con los arreglos y la dirección musical de Martín Mora.

Pronto se encontrará a la venta en varios puntos de Mazagón que pondremos en conocimiento de los interesados.

Si los escuchas con atención, te encontrarás con algo inmejorable. Sonido, letra, mensaje, música y arte desbordante. Mi más cordial enhorabuena a todas y todos por vuestro logro. Es como un perfume, lleva concentrado en seis magníficas gotas millares de sentimientos, aromas y todo tipo de sensaciones. Buen trabajo...

Fue un honor que contasen conmigo para realizar la introducción de esta brillante obra y aquí os dejo lo que al final se plasmó en la contraportada.

NOSTALGIA

El contenido de este compact disk consigue fundir un maravilloso aire musical con  letras a veces alegres y a veces desgarradoras de Quico Estirado, pero siempre plagadas del fantástico colorido paradisíaco de  pinares, arenas doradas, espumas y mar. Si te sumerges en  él, llegas a oler la resina de la piña, el aroma del romero  y esa brisa fresca del foreño con sabor a marisma que cuando salta de poniente cimbrea las retamas, hace bailar los juncos e invita a danzar al agua para remover su sal.

Al escucharlo, pasearás por el Muelle del Vigía, verás atardecer en él, irás a la Cuesta de la Barca, vivirás en el Poblado, caminarás por sus playas y volarás sobre Mazagón.

El sentir de sus cantares trae la nostalgia de un tiempo que fue feliz para ellos; cuando siendo niños habitaban el Poblado Forestal de Mazagón, sin otra preocupación que vivir libres, nadar en plena naturaleza y divertirse forjando amistades imperecederas.

De aquel paraíso del juego, rescatan los nombres de los que allí vivieron, pasando lista, uno por uno, recordando aquellos tiempos nos cuentan a la vez cómo era la vida de aquella gente, la rutina del hombre y la mujer; su mucho trabajo y su poco descanso, todo siempre en comunidad: compartir para poder avanzar. No hay mejor definición de aquel esfuerzo, ese que levantó Mazagón, que “las manos encallás”, de esos callos que sacaron todo de la nada, en silencio, con constancia y supieron enseñar a aquellos niños y niñas a ser hombres y mujeres, con la cabeza bien alta. Aquella etapa grabada en sangre y retina por y para siempre...

Alegría, tristeza y melancolía de aquello que fue, sin duda, el mejor regalo de sus vidas.

Federico Soubrier García