El estudio, publicado en Nature, demuestra que, aunque dos tercios de las poblaciones analizadas muestran una disminución en su diversidad genética, las acciones de conservación son efectivas para frenarla.
El caso del lince ibérico en España ejemplifica como una especie pierde diversidad genética y cómo las actuaciones de conservación pueden mejorar su situación genética y revertir su declive.
Algunas especies, como el zorro ártico, el bandicut dorado o el lince ibérico en España, están respondiendo bien a los esfuerzos de conservación. Foto: Antonio Rivas
29 enero, 2025
Un equipo científico internacional, con participación de personal investigador de la
Estación Biológica de Doñana – CSIC, ha realizado el análisis mundial más exhaustivo hasta la fecha sobre diversidad genética a nivel temporal, espacial y taxonómico. El estudio revela que se está perdiendo diversidad genética en todo el planeta, pero también indica que los esfuerzos de conservación están ayudando a salvaguardar las especies. El estudio, publicado en la prestigiosa revista científica
Nature, ha sido dirigido por la profesora asociada Catherine Grueber, de la Universidad de Sídney y ha contado con la colaboración de un equipo científico de diferentes países como España, Reino Unido, Suecia, Polonia, Grecia y China.
Los análisis abarcan más de tres décadas (de 1985 a 2019) y 628 especies de animales, plantas y hongos de todos los ámbitos terrestres y la mayoría de los marítimos de la Tierra. Los resultados revelaron pérdidas en diversidad genética de dos tercios de las poblaciones analizadas, particularmente en los casos en los que se indicaba como amenazas los cambios de uso de suelo, enfermedades, explotación o persecución.
“La diversidad genética es necesaria para garantizar la supervivencia de las especies a largo plazo. Proporciona las herramientas para enfrentarse a problemas de conservación futuro. Esto se puede hacer, por ejemplo, permitiendo la adaptación a cambios ambientales - como puede ser los asociados al cambio climático- o facilitando la lucha contra patógenos», explica
Carles Vilà, investigador de la Estación Biológica de Doñana – CSIC y coautor del estudio.
A su vez, en el estudio se demostró que, en general, la diversidad genética se mantuvo, o incluso aumentó, con la implementación de acciones de conservación destinadas a reforzar las poblaciones con la introducción de nuevos individuos, a gestionarlas retirando otros para mejorar las condiciones del resto, a mejorar las condiciones ambientales a través de la restauración ecológica o a controlar las plagas.
«Es innegable que la biodiversidad está disminuyendo a un ritmo sin precedentes en todo el planeta, pero hay atisbos de esperanza. Las acciones conservacionistas están revirtiendo estas pérdidas y ayudando a crear poblaciones genéticamente diversas que puedan afrontar mejor los retos del futuro», comenta la profesora Grueber.
El equipo científico utilizó innovaciones en el análisis genético para obtener nuevos conocimientos a partir de estudios realizados hace décadas. Crearon una escala de medición común, con la cual pudieron realizar comparaciones entre estudios, incluso cuando utilizaban metodologías diferentes y recogían los datos genéticos de formas distintas.
«Este tipo de estudio global exhaustivo no habría sido posible ni siquiera hace 10 años», afirma Grueber. «Los avances en genética y estadística nos han proporcionado nuevas herramientas que nos permiten seguir aprendiendo de los estudios mucho tiempo después de que se hayan llevado a cabo, lo que supone una enorme ventaja cuando analizamos poblaciones y tendencias a escala mundial».