04 junio, 2022

AVES DE MAZAGÓN: EL ABEJARUCO EUROPEO


Por Rafael R. Porrino

De entre todas las especies que componen la avifauna europea puede decirse que el abejaruco europeo Merops apiaster es una de las más bellas, llamativas y conocidas, tanto por los aficionados a la observación de aves, como por la gente del campo y gran parte de la población.

El abejaruco es nuestra ave más colorida

 El variado y multicolor colorido de su plumaje es el principal motivo de la atracción que ejercen los abejarucos. No en vano, en el cuerpo de estas aves se unen el verde, el azul, el amarillo, el negro, el ocre y el rojo, variando además el efecto óptico de su coloración en función de la distinta intensidad de luz que reciba el pájaro.

Las patas del abejaruco son muy cortas y con dedos fuertes

 Se trata de un ave de tamaño mediano, de silueta estilizada -a la que contribuyen las rectrices centrales de su cola, muy largas y puntiagudas, que sobresalen sobre el resto-, patas muy cortas y pico bastante largo.

Con frecuencia a los abejarucos se les ve en fincas agrícolas 

Hace gala de un marcado carácter gregario, pues casi siempre se le ve en bandos o en pequeños grupos que van dejando por el cielo su alegre reclamo. 

Los abejarucos utilizan regularmente posaderos

También tiende a agruparse para realizar sus migraciones, puesto que se trata de un ave que no se queda todo el año entre nosotros, sino que llega a partir de mediados de marzo y se marcha en agosto o septiembre al África subsahariana para pasar la estación fría.

Bando de abejarucos cruzando el Estrecho de Gibraltar en migración 

 Una de la curiosidades del abejaruco la tenemos en su peculiar forma de nidificar: cada pareja construye su nido -generalmente en vecindad con otras parejas, formando pequeñas o medianas colonias- excavando una galería en forma de largo tubo, que termina en una cámara circular de mayor dimensión, que es donde ponen sus huevos y sacan adelante a sus pollos.

Nido en construcción, con la arena extraída al pie de la galería

 Estos nidos los excavan arañando con el pico y sacando la arena con sus patas, preferiblemente en taludes o cortados arenoso o arcillosos, si bien también pueden hacerlos en pequeñas cunetas o incluso directamente en el suelo.

Colorida pareja de abejarucos

 Debido a la peculiar ubicación de sus nidos, y a pesar de que la longitud de la galería protege a la cámara en la que se hallan huevos y pollos, estos suelen ser objeto de predación por parte de animales como las culebras bastarda y de escalera, el lagarto ocelado, o el zorro.

El lagarto ocelado llega a predar ocasionalmente los nidos de abejarucos

 También resulta notoria su forma de alimentación, ya que se trata de un insectívoro estricto que captura sus presas en vuelo realizando acrobacias y vertiginosas cabriolas aéreas, para finamente llevárselas a un posadero en el cual las golpea hasta eliminar el aguijón (de aquellas presas que lo tienen). 

Abejaruco en vuelo de caza

A pesar de su nombre, hay que puntualizar que la abeja de la miel (Apis mellifera) no constituye la base exclusiva de su dieta, siendo la importancia de esta especie en su alimentación relevante, pero variable, entre distintas poblaciones o colonias de abejarucos, ya que estas aves predan también sobre distintas especies de abejas silvestres, avispas, escarabajos y libélulas, entre otros tipos de insectos voladores.

Las libélulas son presas favoritas de los abejarucos

 El abejaruco europeo es común en la mayor parte de la Península Ibérica, y se extiende también por casi todos los países del arco mediterráneo occidental, Este de Europa, Asia occidental y central, y zonas de África. 

Un ejemplar en una percha típica

Prefiere zonas cálidas con escaso arbolado, en las que haya sitios apropiados para excavar sus nidos, por lo cual suele habitar en valles de ríos con taludes arenosos, zonas de campiña agrícola, dehesas, entorno de caminos y carreteras, etc.

Talud en un arroyo, con una colonia de abejarucos

 En Mazagón y su entorno se detecta fácilmente durante sus pasos migratorios de primavera y finales del verano, estando como reproductor más localizado; en nuestros alrededores suele verse en primavera en cortafuegos y márgenes de carreterines de los pinares del Abalario, el entorno del Estero Domingo Rubio, o en las cuencas de diversos arroyos como el Avitor.

Típica estampa primaveral en los carreterines de El Abalario, en el entorno de Mazagón – Foto: Luis Urbina

 

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