14 agosto, 2014

La avaricia rompe el saco

Cuando se desea más de lo que se puede tener se corre el riesgo de perder lo que se tiene.

El pasado verano una estrella del flamenco español, hija de un gran cantaor flamenco, decidió pasar sus vacaciones en la playa de  Mazagón. Un amigo que esta estrella y yo tenemos en común, le gestiona el alquiler de un chalé cercano a la playa, en una zona tranquila, frecuentada únicamente por los vecinos del lugar. Ella es una persona muy hogareña que le gusta disfrutar de su familia y  que intenta pasar desapercibida en su vida cotidiana, aunque esto es algo muy difícil cuando se llega a alcanzar este grado de fama.

Mi amigo acordó un precio con el propietario del chalé, y a ella le pareció justo. Todo estaba preparado para que un mes después ocupara la vivienda y pudiera disfrutar de las maravillosas playas de Mazagón y de la paz que esta localidad ofrece a todos sus visitantes. Pero el propietario descubre poco después la identidad de esta persona, llama a mi amigo y dobla el precio del alquiler, algo totalmente injusto y descarado.

Esta voz del flamenco podía haber pagado sin ningún tipo de esfuerzo el desorbitado precio que el aprovechado propietario le pedía, pero como a nadie le gusta tirar su dinero, y mucho menos que le tomen el pelo, renunció al alquiler y decidió pasar sus vacaciones en otra playa de la costa onubense. El chalé no fue alquilado en toda la temporada. En fin…

José Antonio Mayo Abargues

HUELVAYA - HUELVA24