15 noviembre, 2014

LA BOCA DEL LOBO

         Llega un momento en que ya las bromas te tocan las narices. Si la farola tiene más o menos lúmenes, si han tenido que ponerle un brazo por detrás, si ahorran más pero se ve menos, si los van a votar o no…

Ahora todo eso me la trae al paire. Están poniendo la seguridad de mi familia, de mis vecinos y de todo el que pasa por mi calle en un palpable peligro. Han caído cuatro gotas y es el tercer día que salgo de mi casa y no vemos absolutamente nada. No encuentro mi coche y la calle parece que no está ni puesta. No sé si estoy pisando la acera o me meto dentro de un jardín.


Estoy empadronado en Mazagón, en la Avenida Santa Clara, específicamente en la zona de Moguer, que es el municipio donde tributo con mis impuestos. Denuncié la chapuza que se ha realizado en el guardia tumbado de la calle que tiene una zanja peligrosa hasta de día y ahora tengo que pasar por él a oscuras.

        Supongo que ustedes pensaran que esto es para el que le pase pero, a veces, sobrevivir a este Mazagón es como hacerlo en el paleolítico.

La fotografía negra es algo que no creo que haya lugar urbanizado del mundo donde éste sea el panorama nocturno. La del coche al menos te orienta en qué sentido va la carretera y la de la trampa del ceda el paso es lo que sabes que puede pisar en cualquier momento.


Mi denuncia en esta página quiere expresar que esta instalación de alumbrado recién montada no ha sido lo suficientemente estudiada, seguramente adoleció de una especialización de mano de obra capacitada, indudablemente ha sido supervisada por personal no adecuado, de hecho, los acabados de las farolas presentan en algunos lugares cartones con bridas donde tendrían que llevar portezuelas herméticas. No se ha contado con las incidencias de la humedad sobre los cableados que trasportan energía eléctrica, lo cual ha derivado en apagones cuando la meteorología genera pluviosidad. Resumiendo, y a buen entendedor pocas palabras bastan, es una chapuza y un verdadero peligro público, lo cual ha ocasionado que los últimos tres días nos la hayamos jugado andado por la boca del lobo.

Federico Soubrier García