02 mayo, 2017

LAS INSTITUCIONES RELIGIOSAS DE MOGUER Y LA PLATA DE INDIAS EN EL DOCUMENTO DEL MES

Bienvenida al acto. 
Dos cartas de pago fechadas en 1666 constituyen el Documento del Mes del Archivo Histórico de Moguer que se ha presentado esta mañana. En ellas se atestiguan las donaciones de plata mexicana que el militar moguereño Juan Pérez Gallardo envía desde las Indias al convento de San Francisco y la hermandad de Vera-Cruz.

El concejal de Turismo José Antonio Rodríguez ha acompañado en la presentación al director del Archivo Diego Ropero, uno de los grandes estudiosos americanistas de nuestra provincia que, en este 2017 de conmemoraciones colombinas, continúa sacando a la luz con este programa de difusión histórico y cultural, interesantísimos documentos y otros materiales custodiados en la institución moguereña que dan fe de la estrecha relación que hace más de 500 años mantiene la ciudad del Tinto con el nuevo continente.

En este caso las explicaciones de Diego Ropero han girado en torno a las remesas de dinero y otros bienes que los emigrados a las Indias enviaron a su pueblo natal con destino tanto a sus familiares como a las instituciones y corporaciones eclesiásticas. Fueron cientos los vecinos de la villa que pasaron a las Indias y un número importante eligió como destino Nueva España (México), Perú y el Nuevo Reino de Granada (Colombia), donde se asentó un nutrido grupo de moguereños, algunos emparentados entre sí.
Así, durante la segunda mitad del siglo XVI y las dos centurias siguientes la correspondencia entre las personas que decidieron instalarse en las Indias y su parentela fue constante, sobre todo entre aquellas que lograron una posición económica respetable.

No todos los que marcharon al nuevo mundo pudieron regresar y muchos fallecieron allí dejando previsto en sus testamentos una serie de mandas destinadas a favorecer a sus familiares y a las instituciones religiosas de Moguer. Como explicó con detalle Diego Ropero “estos fondos se emplearon en dotar casamientos de parientes huérfanas, liberar cautivos en tierra de berberiscos, limosnas y obras pías, donaciones a las cofradías y hermandades religiosas y también a los numerosos conventos y ermitas moguereñas. En estos templos se ordenó también la fundación de capellanías que se mantenían con la renta procedente de los bienes del testador, y es que poseer una capellanía daba prestigio y era también una vía legal para que los bienes a ellas agregados escaparan al control del Fisco”.

Entre estas instituciones destaca el convento de San Francisco como destinatario de legados de indianos como el que realizaron en 1572  María de Riberos y su marido Alonso Dávila Barahona, consistente en  la tercera parte de una partida de plata valorada en 290 y tantos ducados, además de tres tejuelos de oro, a razón de 2.100 pesos, todo ello perteneciente a Cristóbal Domínguez, padre de la donante, que había fallecido años antes en un naufragio regresando de América.

Documento del Mes.
EL DOCUMENTO DEL MES
El capitán Juan Pérez Gallardo es el protagonista del Documento del Mes que puede admirarse en el Archivo de Moguer, un hombre de la milicia destacado en México que sigue idéntica pauta que la de otros moguereños que lograron un respetable estatus social y un alto nivel económico, realizando importantes donaciones a su ciudad natal.

En este caso se trataba de plata de México que se encargó de entregar a sus receptores un vecino de la villa de Trigueros llamado Juan Calvo Quintero, a quien el militar moguereño encomendó mil pesos de plata doble mexicanos a repartir a partes iguales en concepto de limosna entre la ermita y obra pía del Cristo de los Remedios  las ermitas de Nuestra Señora de Montemayor y la de Nuestra Señora de Guía -localizada esta última junto al río-, la cofradía de la Santa Vera-Cruz en su capilla del convento de San Francisco y, finalmente, 200 pesos para erigir un altar a San José en la misma iglesia conventual.

Los documentos originales, conservados en los Protocolos Notariales del Archivo de Moguer y fechados el 21 de octubre de 1666, ocupan ya un lugar de privilegio en la vitrina principal de la sala de lectura de la institución.