10 abril, 2013

Los rumanos abandonan el piso que ocupaban en Mazagón

En la tarde de ayer le volvieron a pedir la llave para recoger “unos objetos olvidados”.
Foto: Muguruza
Fuente: El Periódico de Huelva
La  víctima de la estafa de un clan de Europa del Este ha recuperado su casa después de pagarle 800 euros a sus inquilinos para que abandonaran el inmueble. Este ha sido el resultado de una larga negociación basada en continuas amenazas y extorsión.

Y es que el propietario de la vivienda, tal y como ayer adelantaba este diario, alquiló su casa de Mazagón a una pareja con “buena imagen” que resultó ser el gancho de un clan de Europa del Este que se dedica a ocupar viviendas, que no pagan y a las que además le sacan rentabilidad extorsionando a sus propietarios con cantidades que incluso duplican el precio de  una mensualidad para desocuparlas.

Esta es la situación que ha vivido Joaquín Pérez, “le alquilé la casa a una pareja y resulta que al final la ocuparon hasta 10 personas”. El problema no es solo la invasión que ha sufrido, si no que no le han pagado ni una sola mensualidad, ni un recibo de luz ni de agua. Una auténtica estafa que ha salpicado a otros vecinos, ya que incluso contrataron la televisión por cable  suplantando la personalidad de un habitante de la zona, así lo relató, José Antonio García, presidente de la comunidad de la urbanización Torre del Oro, “Cogieron una factura del buzón de un vecino y contrataron más canales de televisión”.

Los destrozos han sido numerosos, según cuentan los vecinos: “desde estropear un jardín, robar bicicletas hasta armar broncas y montar fiestas hasta altas horas de la madrugada”, una situación insoportable.

Después de dos meses, los vecinos de la urbanización respiran más tranquilos. En presencia de la Guardia Civil, la familia abandonó la casa y tras llegar a un acuerdo con el propietario de la casa, quien no dudó en pagarles para que se fueran y no esperar una resolución judicial. “Esperar a que un juez ordenará su marcha me iba a salir más caro, las facturas de luz y agua eran muy elevadas, he preferido hacerlo por mi cuenta”.

Después de abandonar la casa, una de las inquilinas de la vivienda volvieron a llamar al propietario para que le prestara la llave y así recoger una serie de “objetos que habían olvidado en el interior de la casa”. A lo que Joaquín Pérez se negó rotundamente, ya que sospechó que la intención era hacerse de la llave para entrar de nuevo y así volverlo a estafar.

Unos mil euros le ha costado a este hombre la estafa, además de los continuos sofocones que se ha llevado durante dos meses que “han sido eternos”, relata. Ahora, por fin, respira tranquilo y da la voz de alarma para que no pase por su situación otras personas que tengan viviendas en alquiler ya que es una situación muy desagradable.