27 abril, 2014

LOS MENSAJES DE LA MAR


En la bajamar de esta mañana, momento ideal para el paseo, la ancha franja de costa se encontraba minada de almejas, como si algún sembrador hubiese estado esparciendo trigo durante horas. Por doquier aparecían los dibujos que cada una, a su libre albedrío, perfilaba en su lento devenir.

Sería mucho decir que la mar intenta hablarnos, comunicarnos algo de nuestro interés, pero la multitud de símbolos descritos por estos moluscos, algunos de ellos similares a los ortográficos, deja volar la imaginación permitiendo que veamos un nueve, un signo de interrogación, una jota y después lo que quiera el océano. Incluso algún pequeño caracol se ha atrevido a dibujar un árbol digno de Picasso.

Los mensajes de un verano cercano también empiezan a llegar a modo de este “tambor”, pez ballesta, voraz depredador que aparece con el calor de las aguas. Curiosamente, su carácter gregario hace que los pescadores dejen la primera pieza sumergida en el agua para atraer a sus congéneres con el ronco sonido que emite, asegurándose con este método buenas capturas.

El inevitable instinto recolector que todos llevamos en nuestro interior hace que los miembros de la benemérita patrullen por la playa, de hecho nos hemos cruzado con dos de sus vehículos, permitiendo así que estos codiciados mariscos terminen sus curiosos garabatos.

Otra jornada inolvidable en este paradisíaco lugar, del que no me explico, pero sí me alegro, que seamos pocos los que pululamos por su bellísima playa.

Federico Soubrier