Publicado el 9 octubre, 2025. Por Ana HS
El moguereño Juan Manuel Pereira es la prueba de que la vida puede arrebatarte mucho y, aun así, no quitarte las ganas de bailar. Con un brazo menos y cicatrices que parecen capítulos de un libro imposible, ha aprendido a reírse de lo malo, a explicar con humor lo inexplicable y a seguir adelante con alegría y sin rencores. Su mayor orgullo son sus hijos; su mayor refugio, Mari Carmen. Para este hombre tan particular, los problemas caben en una mochila… y la suya, dice riendo, “tiene un agujero por donde se van cayendo”.
Por: Ana Hermida
Tras varios intentos, por fin logramos hacer coincidir nuestras agendas. Nos citamos en el complejo hostelero Nazaret, en su querido Moguer. Llegó —para mi sorpresa— conduciendo un Toyota. Nunca imaginé que, faltando un brazo, eso fuera posible. “Me llamo Juan Manuel Pereira Sánchez, nací en Moguer, en la cama de mis padres, el 2 de septiembre de 1969. Tengo 56 años”, se presentó, algo inquieto y expectante ante una entrevista cuyo rumbo desconocía. Le invité a hablarme de su infancia.
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