01 septiembre, 2012

SIEMPRE GENIAL


Viendo la imagen de este genial personaje me vienen dos sensaciones a la mente, la de tristeza que siempre ha plasmado su inmensa soledad y la de sonrisas que provocaban sus avatares.

No puedo olvidar las magníficas amistades que sobre los dieciocho años o quizás menos tuve la suerte de hacer en un pub del mismo nombre, allí fue la primera vez que escuché las jamaicanas melodías de Bob Marley; celebré en aquel establecimiento de Huelva la mayoría de edad y, por supuesto, el ansiado carnet de conducir. Cada posavasos tenía esta figura triste, cada pegatina para el coche y también en la carpeta de mis apuntes. Por él no ha pasado el tiempo pero por mí todo, mucho o, al menos, bastante.

Creo que esta especie de graffiti, magistralmente colocado, define perfectamente el día del verano en que hoy nos encontramos. De nuevo todo es nuestro y, como el momento en que se va la visita con la que lo has pasado bien, vuelves a tu tranquilidad interior.

El verano ha pasado y la población ha tenido su luz, color y sonido con los visitantes. Los comerciantes han llevado su sacrificada labor de hormiga de cara al invierno y los saltamontes divertidos tienen que irse. Pero Chalie Chaplin permanecerá sentado, viendo pasar el otoño ventoso y los carros de leña de encina en el invierno camino de las chimeneas para abrigarnos con su cálido calor, sentirá los traqueteos para los preparativos del Belén; oirá muchos goles a su espalda y verá como el huerto del colegio florece en primavera, sentirá el devenir de ese Mazagón pausado, y pronto, de nuevo, comenzará otro ciclo. Cada vez que pase a su lado tendré esa extraña sensación agridulce; confío en que no se levante un día y se vaya porque esto no le gusta o le aburre, sería una verdadera pena verlo marchar con sus característicos andares y el genuino movimiento de bastón.

Federico Soubrier García.