11 septiembre, 2009

Contra viento y marea

FUENTE: ABC
JOSÉ CEJUDO
SEVILLA. Pese a ser la eólica una energía limpia, renovable y sostenible, no deja de tener sus detractores. Aunque la instalación de aerogeneradores en tierra ha podido hasta ahora sortear los obstáculos, y son muchas las comarcas andaluzas en las que pueden verse los gigantescos molinos metálicos, los verdaderos problemas están vinculados a los todavía no materializados parques eólicos marinos.
La oposición social que en algunos sectores provoca este tipo de instalaciones -que sin embargo tienen el apoyo de los principales grupos ecologistas- no es baladí, y son especialmente los pescadores, por los supuestos daños a los caladeros y a las almadrabas, los que han levantado con más insistencia la bandera de la crítica.
Otros colectivos ciudadanos, además de los partidos políticos de oposición en los ayuntamientos, se han sumado también a las protestas, y las últimas de ellas han tenido como escenario la localidad gaditana de Chipiona, con el apoyo de agrupaciones de Rota y Sanlúcar, que reclaman «un horizonte sin molinos».
También en la provincia de Huelva se suscitaron movilizaciones ante el proyecto de levantar un parque eólico marino frente al espigón «Juan Carlos I», en las proximidades de la playa de Mazagón.
De todas formas, a este rechazo se une una cierta indefinición de la normativa, en este caso estatal, al carecer las comunidades autónomas de competencias en aguas marinas interiores. E igualmente, se constata una ausencia importante de estudios que evalúen los impactos negativos, si es que los hay, en el entorno de los futuros parques marinos.
La Asociación Empresarial Eólica, a la que pertenecen las principales firmas del sector energético, considera que «la eólica marina va a ir lenta».
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