10 abril, 2008

MAZAGÓN, UN PUEBLO

Javier Bernabé
Publicado en Huelva Información el 10 de abril de 2008
Soy uno de los 5.000 ciudadanos que vivimos aquí, en Mazagón, alejados de los municipios a los que territorial y administrativamente pertenecemos y con un grado de abandono y deterioro de calidad de vida sin parangón. Décadas de olvido y deplorable gestión municipal han contribuido a que esta playa, que tiene unas condiciones naturales excepcionales para ser de primer orden, esté paralizada, muerta. Separados por varios kilómetros de los municipios matrices, los años han contribuido a fecundar y engendrar una identidad, una realidad disímil a las de Moguer y Palos convirtiéndonos en pueblos diferentes unos de otros. Este escenario sociocultural propio, sumado al abandono en infraestructuras y servicios que padecemos, fue el detonante hace 15 años de una iniciativa vecinal para la constitución de un municipio independiente, posteriormente materializada en la elaboración y ulterior presentación de su Expediente de Segregación ante la Junta de Andalucía en 2004.
Llegados hasta aquí, gran parte de la ciudadanía de este pueblo se pregunta: si somos una comunidad diferente y a la vez dejada por la administración local en la prestación de servicios, ¿qué tiene que ocurrir para que los mazagonenses podamos disponer del derecho a decidir nuestro futuro?, ¿a qué grado de menoscabo en nuestra calidad de vida tenemos que llegar?, ¿qué nivel de deterioro en las relaciones con nuestros pueblos vecinos vamos a alcanzar?; porque el deber de los poderes públicos no sólo es hacer cumplir los tres requisitos que marca la Ley de Demarcación Municipal para adquirir el status oficial de pueblo, no; es también proteger a los gobernados, los ciudadanos, de la indefensión que sufren cuando parte de ese poder administrativo es incapaz de asegurar una mínima y obligada atención en los derechos que les asiste; adelantándose a los acontecimientos posibles, actuando de oficio si la situación lo requiere, restableciendo a los administrados la justicia conculcada y, si es procedente, dotándoles en derecho de identidad y autogestión propia.
Mazagón no son solo requisitos que hay que cumplir de una ley, Mazagón no son esas dos líneas imaginarias que dividen y trocean arbitrariamente nuestro territorio. Mazagón es fruto de una unión de voluntades en el tiempo, en dinámica convivencia, con un espacio vital bien definido y una firme determinación de ser protagonista de su futuro. Esto es, un pueblo.