05 marzo, 2019

Moguer y Jerez de los Caballeros unidos por la figura del explorador Vasco Núñez de Balboa

Autoridades de Moguer y Jerez de los Caballeros

Una representación institucional del Ayuntamiento de Moguer participó ayer en los actos conmemorativos del V Centenario de la muerte de Vasco Núñez de Balboa celebrados en Jerez de los Caballeros, localidad natal del descubridor del Pacífico. Balboa estuvo al servicio de Pedro Portocarrerro, VIII Señor de Moguer, y visitó la ciudad del Tinto en numerosas ocasiones.

El alcalde de Moguer Gustavo Cuéllar asistió ayer en Jerez de los Caballeros a la conmemoración del V Centenario de la muerte del navegante y explorador Vasco Núñez de Balboa, uno de los grandes protagonistas de la denominada Era de los Descubrimientos en la que Moguer tuvo tan destacado protagonismo. Balboa, nacido en la localidad pacense en 1475 atravesó el istmo de Panamá y fue el primer europeo en avistar el que él mismo llamó Mar del Sur en el año 1513, logrando con esta gesta un lugar de privilegio en la historia de la humanidad.

Firma del documento conjunto
El primer mandatario moguereño, al que acompañaba el concejal de Turismo José Antonio Rodríguez, fue recibido por la alcaldesa de Jerez, Virginia Borrallo, con la que inició un protocolo de hermanamiento entre las dos ciudades vinculadas por el ilustre navegante y por la figura del noble don Pedro Portocarrero “El Sordo”, VIII Señor de Moguer, del que Balboa fue paje y escudero durante muchos años, visitando en repetidas ocasiones junto a su señor la entonces populosa villa marinera en la que se construyó la carabela Niña.

Tras rubricar el documento con el que las localidades de Moguer y Jerez de los Caballeros inician el proceso de hermanamiento, ambos mandatarios intercambiaros varios regalos como símbolo de amistad entre las que fueron sin duda dos de las ciudades más importantes de aquella época. Cuéllar entregó a Borrallo una selección de libros del Nobel moguereño Juan Ramón Jiménez y una reproducción del universal personaje de Platero, así como un estudio histórico sobre la relación de Moguer y América; mientras que la alcaldesa de Jerez obsequió al regidor moguereño con una estatuilla de Vasco Núñez de Balboa y un magnífico libro ilustrado sobre la trayectoria del descubridor del Pacífico.

A partir de este primer encuentro institucional entre Moguer y Jerez de los Caballeros se inicia un proceso que tiene como objetivo estrechar los lazos entre estas dos localidades tan estrechamente ligadas a algunas de las más importantes gestas marineras de la historia.

DOS CIUDADES UNIDAS POR LA HISTORIA
El nexo que entronca históricamente a las localidades de Moguer y Jerez de los Caballeros son las figuras del gran explorador y conquistador Vasco Núñez de Balboa, y de su señor Don Pedro Portocarrero “El sordo”, VIII señor de Moguer, y una de las personalidades más influyentes de su época, ostentando algunos de los cargos más relevantes del reino.    
    
Entre otros muchos títulos, Don Pedro era uno de los regidores de la orden de Santiago, miembro del consejo real de los Reyes Católicos y más tarde del Emperador Carlos V, alcalde mayor de Sevilla y también “alcalde de Jerez cerca de Badajoz”. Esta estrecha relación entre el Señor de Moguer y lo que más tarde sería Jerez de los Caballeros, llevó al padre de Vasco Núñez de Balboa a fijar su residencia cerca del palacio de los Vega donde habitaban los Portocarrero.

La importancia económica, política y militar del VIII Señor de Moguer era enorme en aquellos años de finales del siglo XV y principios del XVI por lo que el padre de Balboa pidió al Portocarrero que aceptase a su servicio a su hijo Vasco.

El señor de Moguer residía habitualmente en Sevilla o en Jerez, aunque pasaba largas temporadas en su castillo de Moguer. Como paje y escudero de Pedro Portocarrero, Vasco Núñez de Balboa acompaña al influyente personaje en numerosos viajes por sus múltiples posesiones, y asiste junto a él a los preparativos del viaje descubridor realizados en Moguer, interesándose cada vez más en las posibilidades que ofrecían las nuevas tierras descubiertas.

La vocación marinera de Don Pedro contagia a Núñez de Balboa que residió junto a su señor durante varias temporadas en el castillo moguereño, hasta el punto de que éste, conocedor de las virtudes que atesoraba el de Jerez, le anima a enrolarse en la expedición de Rodrigo Bastidas al nuevo mundo, una empresa financiada en parte por el propio Portocarrero, que acabaría por definir la trayectoria vital de un Vasco Núñez que se empapó en Moguer junto a su señor de los conocimientos necesarios para afrontar sus viajes posteriores al Nuevo Mundo.