28 diciembre, 2012

INOCENTE EN MAZAGÓN

Publicado en El Periódico de Huelva
No me importaría tener un momento inocente en tan señalado día y puesto a  escoger, éste sería ese en que llego a Mazagón y mientras almorzamos sufrimos los acostumbrados informativos.
Haría como si no me diese cuenta de que el montaje estuviera presentado por la ahora princesa y antaño locutora. Oiría gratamente cómo Rajoy, tras un avistamiento mariano, habría visto la luz y prefiriendo alitas que rabo, tras humilde confesión, decidió dimitir en pleno, desde la cepa hasta la última uva de cada racimo, haciendo acto de constricción por tanta mentira, tanto daño y tantos suicidios.
Aplaudiría que la mayoría en el congreso necesitase el acuerdo de, al menos, seis partidos.
Saborearía la noticia de que el Vaticano está en venta junto con todas las propiedades de la iglesia, para ser repartidas entre los verdaderamente necesitados, por muchos “déjalo todo y sígueme”, a la vez que una decidida apuesta por la vida, apoyando el preservativo contra el sida y dejando de un lado tanta traba a las bodas homosexuales, preocupándose más de la viga en el ojo propio que de la paja en el ajeno.
Sería fantástico que desde Bruselas la canciller Ángela Merkel comunicase a Europa que todos los que aquí habitamos tenemos los mismos derechos y obligaciones, que por lo tanto cobraremos igual, que el derecho a un trabajo y a una vivienda dignos  pasará a ser una realidad a partir del uno de enero.
No estaría mal que por fin alguien diera la cara y confesase que el hombre no ha llegado a la luna, que aquello sí que fue una inocentada, pero que ahora estamos en ello y se conseguirá pronto.
Me gustaría también escuchar que a Santiago Segura le han dado un Príncipe de Asturias y, sobre todo, ver cómo lo recibe ese actor, director y showman.
Después de una inocentada así, no me importaría oír el tiempo, ni que pronosticasen una larga semana de tormentas y lluvias.
Iríamos a pasear por la playa oteando esa mar que no miente, que no es traidora como la poza de un lago, simplemente es mar con todo lo que conlleva, recordando el mejor momento de este  año, ser inocente en Mazagón durante un informativo.
Federico Soubrier García