24 agosto, 2013

CURIOSA Y EXTINTA ARTE PESQUERA

            Allá por los ochenta oí hablar en innumerables ocasiones sobre las fabulosas capturas de pulpos que se realizaban desde una playa a la altura de Refinería, hasta la Casa del Vigía. Lo que más me sorprendía era que me contasen que se efectuaban con patas de pollos.


Cuando practicaba pesca submarina había encontrado tablillas con la forma más o menos de un barco, que llevaban dos anzuelos anchoveros adheridos en su parte posterior con sus arpones apuntando hacia arriba y, como si fuese la suela de un zapato, clavada en la parte de abajo de la madera, una lámina de plomo.

Ahora he averiguado que en ellas se situaban las citadas patas de pollo. Me han contado que originariamente las tablillas se cebaban con sardinas, pero que en un rato las mojarritas se las zampaban y te habías quedado sin carnada. En cambio, con una sola pata de gallinácea podías “echar la jornada completa”.

Alguien descubrió que la pata de pollo atrae a los pulpos. Se piensa que es por su parecido a las de los cangrejos, su comida predilecta, y que el color amarillo también influye bastante en el ataque de los sabios y devoradores octópodos.

Por lo visto en toda la costa peninsular, incluyendo la mediterránea, se ha usado este tipo de aparejo y sobre todo en Galicia, donde aun se sigue haciendo, creando ello  enfrentamientos entre los pescadores profesionales que usan las nasas y los jubilados que se entretienen con la A Raña, también denominada “jarabete”, de uso ilegal.
La prohibición de venta de patas de gallináceas en nuestro país en el 2011 generó un gran conflicto de intereses y se perdieron miles de puestos de trabajo, lo cual también ayudó a terminar con este tipo de pesca.

La Junta de Andalucía a día de hoy prohíbe la captura recreativa de cefalópodos, pero indudablemente me quedo con la cara de aquel primer pescador que tirase su pata de pollo y cenase pulpo a la gallega o la qué se yo; menuda satisfacción y qué invento.

Al no considerar oportuno tener que matar un ave de corral de mi vecino para fotografiaros el artefacto tal y como se usaba, he optado por un dibujo más o menos ilustrativo y la foto de una tablilla sin cebo. Había casi tantos diseños como pescadores.

Federico Soubrier García