17 noviembre, 2012

LAS ISLAS ECOLÓGICAS DE MAZAGÓN SE DESMORONAN

   
Aunque desde que se montaron me pareció una chapuza, ya que se suponía que eran un punto para recogida de residuos con tinte ecológico, facilitando su clasificación con un cómodo acceso a los diversos contenedores y diferenciados por colores según su cometido, por no herir susceptibilidades,  he dejado pasar el tiempo, pero ahora, entendiendo que “a quien cuece y amasa, de todo le pasa”, les agradecería que observasen la accesibilidad en las fotografías; por supuesto para alcanzar los contenedores amarillos tendríamos que hacer alpinismo. De igual manera se puede observar la clasificación según contenidos, todo está mezclado. Ni qué decir tiene que el corralito se encuentra en un estado deplorable plagado de mellas.
Si lo que se pretendía era ocultar de alguna manera de cara a los turistas la acumulación de basuras, se consiguió un lugar en el que había que saltar por los charcos de podredumbre hasta poder levantar la tapa deseada, con lo cual para los usuarios había empeorado el servicio.
No quisiera verme en el lugar del operario que tenga que sacar cada noche los contenedores para que sean engullidas sus entrañas por el camión de basura. Y en este sentido, es evidente que esas maniobras serán las que están desvencijando la estructura debido a que la construcción solo afianza un tornillo cada seis tablillas, estando el resto de ellas simplemente encastradas por el sistema de machihembrado, algo así como ponerle a una piscina en lo alto un suelo de tarima flotante, al primer paso acabaríamos en el agua. El corral presenta ahora peor imagen que cuando no estaba, suponiendo más inconvenientes que antes para los vecinos, que a la postre deberíamos ser los más importantes de esta historia.
Federico Soubrier García.