03 febrero, 2024

El navío de la cera


El navío de la cera que naufragó en las costas de Castilla, arrojando a sus orillas grandes cantidades de las apreciadas cera blanca, vino a servir de provecho económico para que algunos vecinos de la villa de Almonte, los conocidos como "gente de la mar" afincado en el paraje de asentamiento y apostadero, que lleva el nombre "Valdevacas" con una población superior al doble de los habitantes, que mantenía Bonares. "Donde nombra ahora la Higuera se hace tres leguas adelante en la misma costa demos con este poblado, e donde estos espacios se les llama los mareantes las Arenas Gordas, desde Valdevacas a la villa de Palos tasan cuatro leguas, el cual es un pueblo mucho bueno sobre la ribera del río Tinto, que viene por Moguer y Niebla", en aquellos años contando además este poblado formado por casas de madera, con salas comunes, bodegas, almacenes y huertos que generaban alcabala, por el grano y otras vituallas consumidas, así cumpliendo el impuesto sobre jábega, contando además con una pequeña ermita de junco y madera dedicada al fervor de "San Leandro". Teniendo cerca algunas chozas de carboneros y colmeneros, junto a los pescadores de la costa, que además que se dedicaban a salarlos para su venta. Donde daba cabida a toda clases de pintorescos personajes con sus respectivas vidas. (ADMS. 2343).

Pero en donde los oficiales de la mar del Duque, pusieron en conocimiento a las autoridades del Consejo del Reino, que los vecinos del poblado se habían encontrado los restos del naufragio citado en beneficio de su ventas.

Pero este navío se encontraba haciendo contrabando, ya que no disponía de los permisos necesarios:

"En el año del Señor Jesucristo de mil quinientos setenta y tres, en Madrid siendo jueves del día 2 de Junio."

El Rey.

" Francisco de Yzicax Alguacil Mayor de Casa y Corte de la ciudad de Sevilla. Por cuanto vaya hacer por la villa de Almonte, que el Cabo Álvaro de Salinas junto con uno de los escribanos de la Casa de la Contratación de la ciudad junto con la comisión de los mozos oficiales de la marina, para hacer cierta formación y diligencia sobre la playa de esta villa donde dice de la Higuera hasta el Río del Oro, de donde ha echado la mar muchas cantidades de barricas llenas ceras en panes y labrada en una nave que se había despachado sin registro, ni licencia por parte de los oficiales del puerto como suele aplicarse las ordenanzas de la Casa de Contratación y las siguientes actuales, cuando iba camino de las Indias".

José García Díaz, Pepe el Carnicero