14 octubre, 2012

MEJILLÓN DE HUELVA O DE MAZAGÓN ¿POR QUÉ NO?

En una charla mantenida con José Antonio Mayo, responsable de la página digital Mazagón Beach y su esposa, le comentaba la noticia sobre las modificaciones establecidas por la Junta de Andalucía sobre el cultivo del mejillón,  BOJA nº 200 de 11/10/2012, y las posibilidades que Huelva tiene en este sentido, evidentemente refiriéndome a su litoral marino. Me ha resultado agradable el saber que ella ha mencionado el tema anteriormente, en reiteradas ocasiones, aludiendo a que en los cabos de fondeo de los trasmalleros habitualmente se encuentran incrustados estos moluscos bivalvos, a los que todos asociamos con Galicia.

Al igual que en nuestras Islas Canarias, o en Israel, se explota concienzudamente cada centímetro de terreno, de cara a una producción evidentemente agrícola, me sorprendería que aquí se dejase pasar esa riqueza de aguas que tenemos, como si fueran tierras fértiles que no se cultivasen en los tiempos que andamos, cuestión impensable. De momento tenemos el jamón serrano, la gamba, el choco y la fresa, con calidad de origen ¿quién dice que no el mejillón?

Como buceador o pescador  (ahora cazador) submarino, he tenido ocasión de degustar algún que otro racimo (había quienes los recolectaban a base de azadón en marea baja), de estas extraordinarias “uvas negras” que me regalaba el espigón de la Punta del Moral, cuando aquello era virgen y  no existía ni un solo hotel, ni edificación alguna; solo un chiringuito del que recuerdo que tenía pinchado un billete azul de las antiguas 500 pesetas, hoy posiblemente veinte euros, con el que Felipe González había pagado una ronda al desembarcar del Azor (antigua embarcación del régimen, por la que según se cuentan expedientaron a un funcionario, que solicitó veranear en ella aduciendo su derecho ¡Bendito país!).

De igual manera, he degustado algunos kilos de los que se encuentran a bastante profundidad en la punta del espigón Juan Carlos I, al menos de eso se quejaban mis tímpanos, que tienen un tamaño más que considerable y un sabor de p…m…. (“Preciado Manjar”, para que me entiendan los no andaluces e independentistas).  ¡Sí, en aguas de Mazagón!

Es razonable pensar que si se reproducen espontánea y artificialmente, colocados en bateas similares a las de las rías gallegas o  las que he podido ver en el archipiélago canario, que podemos apreciar desde el google map, con un poco de argucia, aquí podrían dar un extraordinario resultado. Al menos eso me hace suponer el que los pulpos de la zona se delaten depositando sus conchas de un resplandeciente y delatante plateado interior, que hacen detectables su guaridas o cuevas a más de diez metros de distancia, cuando nuestras aguas se dignan a agraciarnos con esa casi imposible visibilidad.

Aludiendo al anterior “delatarse”, como creo que debo descargar de paso mis vergüenzas, he de mencionar que las conchas de los citados bivalvos, también aparecen en la triste foto de la mariscada que un conocido líder de Izquierda Unida de Sevilla “se pegó” en Bruselas, representando no sé qué ideales, hace unos años, en lo que denominaron una “apretada agenda de trabajo”, cuando a este individuo le perdió la gula, espero que a otros los salve  la iniciativa. Me consuela pensar que un garbanzo negro lo había en todas las ollas, hoy, con suerte, encontraríamos uno blanco y remirando mucho, en cada olla y en cada plato. 

Como siempre conviene saber qué es lo que come uno, les aclaro, por si no lo saben, que el mejillón macho presenta un color crema y que la hembra, un intenso color anaranjado. Habría que ser un increíble gourmet para con los ojos tapados distinguir el sexo del espécimen degustado.

En resumen, desde aquí animo a quienes estén buscando un medio de subsistencia o, en su caso, mejorar el que tienen en estos tiempos que corren, a que intenten industrializar este producto, después de leerse al detalle la nueva normativa. 

                                           Federico Soubrier García.