Lo han dotado de cómodos aparcamientos, de nuevo saneamiento y alumbrado público, y han hecho peatonal la calle del área comercial, para que la gente pueda pasear o disfrutar de una vista maravillosa, sentados en las terrazas. Un puerto de esta categoría necesitaba unos servicios de categoría. Pero se han olvidado de lo más importante: la seguridad de las personas.
En la víspera de la Regata Palos-Lagos, uno de los participantes cayó a la dársena, que carece de barandilla ni de cualquier otro tipo de protección. Hubo muchos problemas para poder rescatarlo, ya que la marea estaba vacía y las piedras llenas de verdín. Es incomprensible que zona del espigón —muy poco transitada— esté protegida con una barandilla y aquí no haya ninguna protección. Esperemos que no tengamos que lamentar la caída de personas con menos capacidad para defenderse, como un niño o una persona mayor.