28 febrero, 2021

En el verano de 1936

En el verano de 1934, en los Asperillos, bajando por el Loro.

Foto: https://pinceladasdelahistoriadebonares.blogspot.com/2017/10/en-el-verano-de-1936.html

El principio del verano del 36 era del todo normal para la colonia de veraneantes de la Torre del Oro, formada por vecinos de Bonares, Rociana y alguno de Hinojos. Hacía años que se había abandonado la aglomeración de rancheros formada en la zona de los Asperillos, quedando pequeños focos aislados para los amantes de la tranquilidad.

Esta zona limitada por las autoridades de Almonte se debió al abandono de la zona playera conocida por las "Atarazana" documentada por vecinos de Bonares desde el año del verano del 1903, cuando los más pudientes aprovechaban "los baños" para la salud, sobre todo la conocida como la "escrófula" o lo que era lo mismo la "tuberculosis", puesto que las playas aportaban en verano los remedios necesarios como el "yodo" entre otros como atenuante de esta famosa y común enfermedad.

El abandono de la playa de las "Atarazana" llamada así por un almacén de material que se encontraba pegado al bajar el monte con la orilla, destinado al material de pesca de almadraba, se debió a un fuerte incendio provocada en una cocina que se encontraba alojada como era costumbre de aquellos años en la pared de la montaña, quemándose todos los chozos sin provocar desgracias humanas.

Era el 29 de Agosto de 1925, en el recuerdo de la gente de Bonares, porque cuando emprendía la marcha de regreso para el pueblo con las bestias preparadas, la jovencita Rocío García de 19 años se le antojó tomar el último baño, pareciendo ahogada.

Las autoridades almonteñas tomaron la decisión de separar en dos parte la zona ranchera una para Matalascañas y otra para la Torre del Oro, para evitar que las grandes aglomeraciones que podían terminar en una desgracia provocada por otros incendios venideros.       

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                                                       José García Díaz, Pepe el Carnicero