04 septiembre, 2025

Las fiestas patronales de Moguer en 1930

A pesar de la incertidumbre social y económica de aquel tiempo, la localidad de Moguer vivió con entusiasmo sus tradicionales fiestas patronales en honor a la Virgen de Montemayor

La Virgen de Montemayor en el altar de la parroquia // Ayto. Moguer

José Antonio Mayo Abargues

04/09/25.- En 1930, un año marcado por el impacto de la Gran Depresión, la grave crisis económica mundial que se originó en Estados Unidos en 1929, y por la inestabilidad política en España tras la dimisión del dictador Miguel Primo de Rivera en enero de ese mismo año, la localidad de Moguer vivió con entusiasmo sus tradicionales fiestas patronales en honor a la Virgen de Montemayor.

A pesar de la incertidumbre social y económica de aquel tiempo, las celebraciones religiosas y festivas volvieron a convertirse en un importante punto de encuentro para los moguereños y visitantes llegados de localidades vecinas. El fervor hacia la Patrona y el ambiente de convivencia popular hicieron de aquellas jornadas un paréntesis de alegría en medio de un escenario nacional e internacional lleno de tensiones.

El diario El Liberal, en su edición del 20 de agosto de 1930, adelantaba ya parte del programa oficial, en el que destacaba la actuación musical de un popular tenor y el solemne culto dedicado a la Patrona, eje central de la festividad.

El Liberal, 20 de agosto de 1930 // Biblioteca Virtual de Prensa

Sabemos que para la festividad de Nuestra Señora de Montemayor, que como todos los años se celebra aquí con gran entusiasmo el día 8 del próximo Septiembre, ha sido contratado como en años anteriores, el eminente tenor señor Laborda, estando el panegírico de la Santísima Virgen á cargo del elocuente orador sagrado don Antonio Pildain Zapiain, canónigo lectoral de la Catedral de Vitoria, doctor en Sagrada Teología y Filosofía Escolástica y predicador de S.M.

Como es sabido, la actuación del señor Laborda en la festividad de Nuestra Señora ha de atraer, como siempre, á gran número de forasteros que acuden todas las noches de los pueblos limítrofes á oír al insigne cantante.

El diario El Liberal fue incautado tras la entrada de las tropas franquistas en Madrid, y en sus talleres comenzó a editarse posteriormente el diario Madrid.